El recrudecimiento de la violencia ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en la región de Liptako Gourma (zona fronteriza entre Mali, Burkina Faso y Níger).
El aumento de los ataques perpetrados por grupos armados no estatales ha multiplicado por 5 el número de personas desplazadas internas en los últimos 12 meses.
Esta crisis afecta especialmente a las personas más vulnerables, con una economía campesina de subsistencia, que han debido abandonar sus campos y rebaños para ser acogidas principalmente en hogares y comunidades vecinas. Esta crisis está aumentando las personas necesitadas de ayuda humanitaria, principalmente alimentaria y nutricional, debido al abandono de los campos, las dificultades para trasladar los rebaños por zonas inseguras y la perturbación de los mercados.
Más de 3.000 centros escolares y 100 centros de salud se encuentran cerrados tras los ataques y las amenazas sufridas, reduciendo drásticamente los servicios básicos de los que se disponía en la zona.
Los estados y las agencias multilaterales han lanzado planes de respuesta, pero son insuficientes. En ocasiones ni siquiera el acceso a las personas necesitadas está garantizado. Se prevé que más de 10 millones de personas estarán en situación de inseguridad alimentaria entre los meses de junio y agosto 2019 en el Sahel.
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