El acto, celebrado este jueves en Puerta Zamora, ha servido para visibilizar la situación de las personas privadas de libertad y reivindicar su derecho a la dignidad y a la reinserción.
Este jueves 18 de septiembre, Cáritas Salamanca ha celebrado su Círculo de Silencio de septiembre en Puerta Zamora, junto a la Iglesia de San Marcos. Un acto simbólico que ha servido para visibilizar la situación de las personas privadas de libertad y reivindicar su derecho a la dignidad y a la reinserción social.
La concentración ha tenido lugar en fechas cercanas a la Festividad de la Merced, patrona de las instituciones penitenciarias, que nació para la redención de cautivos. Al final del acto, un participante del programa de prisiones de Cáritas leyó un manifiesto que recordaba que cada persona en prisión tiene una historia marcada por errores, pero también por aprendizaje, arrepentimiento y deseo de cambio. Como señalaba el texto: “La cárcel no debería ser solo un lugar de castigo, sino también un espacio de transformación, donde se cultive la esperanza y el deseo de reconstruir la vida”.
El manifiesto también subrayó los múltiples muros que enfrentan quienes salen de prisión: estigma, falta de oportunidades laborales, educativas y sociales. Cáritas recuerda que la verdadera reinserción ocurre en la sociedad que acoge y confía, y no solo entre rejas. Porque, como dijo Nelson Mandela: “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos más ilustres, sino por cómo trata a los más humildes.”
Durante el acto se compartieron también testimonios de quienes han vivido el proceso de reinserción. Como el de Azucena, madre de una interna y luego interna ella misma, según la cual «Desde Cáritas me he sentido querida. Esta Iglesia no sermonea, sino que ama.” O el de Germán, que apuntaba que “la experiencia de la cárcel está siendo negativa, pero también estoy aprendiendo a pedir perdón y a pedirme perdón… Confío que con apoyos tendré una nueva oportunidad en la vida, aunque sé que no será fácil.”
Cada Círculo de Silencio es un espacio de reflexión y compromiso, donde los participantes guardamos silencio como símbolo de solidaridad y respeto. A través de esta acción, buscamos sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de segundas oportunidades, promoviendo la justicia, la empatía y la inclusión social.
Desde Cáritas, os animamos a sumaros a estas actividades y a ser constructores de esperanza, derribando muros y ofreciendo caminos reales de reinserción. Entre todos, ¡hacemos el círculo más grande!