El centro de salud mental de Cáritas apuesta por el ocio inclusivo y las actividades al aire libre como motor de bienestar y convivencia.
Con la llegada del verano, el Centro de Día de Salud Mental Ranquines ha reforzado su programación con actividades lúdicas y de ocio diseñadas para mejorar la salud mental y fomentar la convivencia entre sus usuarios. Entre los talleres habituales, como radio, manualidades y bricomanía —que además sirven para embellecer y mejorar las instalaciones—, destacan las salidas a la piscina municipal de Santa Marta, que se realizan dos veces por semana, y los encuentros comunitarios al aire libre, donde se refuerzan los lazos entre participantes.
Estas iniciativas no solo aportan diversión, sino que también tienen un impacto positivo en el bienestar emocional. La piscina, por ejemplo, favorece la relajación, reduce el estrés y promueve la actividad física; factores clave en el manejo de la salud mental. Por otro lado, los talleres más recreativos, como las manualidades o la radio, estimulan la creatividad, mejoran la autoestima y fomentan el trabajo en equipo.
Además, los momentos comunitarios al aire libre son una oportunidad para compartir experiencias, fortalecer amistades y crear un ambiente de apoyo mutuo. «Estas actividades no solo son un entretenimiento, sino una herramienta terapéutica que mejora la calidad de vida de nuestros participantes», explica José Manuel Lázaro, coordinador de Ranquines.
Pedro, participante del centro, lo tiene claro. “Cuando estoy en la piscina me olvido de los problemas. Nado, río, charlo… Me siento libre y acompañado”. Además, destaca el vínculo con sus compañeros. “Lo que más me gusta es que nos relacionamos de otra manera, más relajados. Y salimos del centro, que también es importante.”
El Centro Ranquines demuestra así que, más allá de los tratamientos convencionales, el ocio inclusivo y las actividades grupales son pilares fundamentales para la recuperación y la integración social de las personas con problemas de salud mental.
Ranquines es un proyecto cofinanciado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca y Fundación la Caixa, junto con fondos propios.