En nuestro Espacio Verde de noviembre, la voluntaria Esther Sánchez nos invita a detenernos un instante en medio del torbellino consumista en el que estamos ya inmersos. Mientras las estrategias comerciales se adelantan cada vez más y nos rodean con mensajes que incentivan el gasto impulsivo, Esther nos propone una mirada consciente y reflexiva para afrontar estos días.
Se acercan fechas en la que todo invita al consumo irreflexivo. O quizá ya estemos atrapados en esa marea consumista, que en los últimos años se ha adelantado al mes de noviembre.
Según datos de una plataforma de pagos, el volumen de operaciones procesadas en el undécimo mes de 2024, creció un 129% con respecto al año anterior. Algunos psiquiatras advierten de que entre un 10 y un 15% de la población padecerá un trastorno impulsivo frente al consumo en estas fechas. Lo que empezó siendo un black friday, un día que se localizaba en el último viernes del mes, ahora es en realidad una larga temporada de estrategias comerciales orientadas al consumo, cuyo inicio coincide con el final de Halloween; una fiesta que ya hemos aceptado como nuestra, y también un potente reclamo comercial.
Sin apenas esperarlo, se empiezan a ver calabazas mezcladas con turrones, y se multiplican progresivamente los mensajes que te hacen creer que, si adelantas tus compras de Navidad al mes de noviembre, vas a conseguir ofertas insuperables.
Detente unos momentos y responde a estas preguntas:
¿Cuántas veces te has visto atrapado frente a una compra compulsiva?
¿Cuántas veces has llegado a la conclusión de que has estado a punto de comprar algo que no necesitabas?
¿Has hecho bien el cálculo y te has dado cuenta de que la oferta que acabas de adquirir no era tan buena?
Si navegas en internet, ¿eres consciente de que los algoritmos te están ofreciendo lo que creemos que queremos alcanzar?
Nos esperan días de publicidad agresiva, frente a los cuales sería aconsejable adoptar una postura reflexiva. Antes de comprar: para y piensa. Hay que ser consciente de la maquinaria que se pone en marcha. Hacer compras forma parte de la Navidad, pero hagámoslo de forma consciente, reconociendo que todo está pensado para que sintamos la necesidad de consumir de forma compulsiva.
Detrás de la intención de comprar, tiene que haber una necesidad, o un gesto de cariño o de agradecimiento hacia alguien. Cuando compras para otro, no olvidemos cuál es el verdadero sentido de un regalo.
Disfruta de las calles convertidas en cuentos de navidad, de los espectáculos de luz y sonido, de la decoración de los escaparates, de los anuncios en la televisión…. y recuerda: párate y piensa antes de comprar.
Y para ayudarte, te proponemos algunos consejos: Planifica tus adquisiciones y ajústate a un presupuesto. Haz una lista y no te salgas de ella. Adquiere solo lo que realmente necesites. Analiza bien las ofertas. Si compras por Internet, revisa los gastos de gestión y de envío. Espera al menos 24 horas antes de realizar una compra importante. Evita salir de compras si estás triste… o demasiado feliz.
Estas fechas, asegúrate de que cada regalo y cada adquisición nazca de la necesidad real, del cariño o del agradecimiento, y no de la presión del consumo. Al final, la verdadera magia está en la conciencia con la que elegimos, no en la cantidad de cosas que acumulamos.
Esther Sánchez, voluntaria de Cáritas Salamanca.

Colabora
Grupo Undanet