En el espacio verde de mayo, nuestra voluntaria Carmen Sanchís nos habla de la V Feria Ecosocial Mil Caminos en Gomecello. Una celebración anual de la vida en comunidad, el vínculo con la tierra y el compromiso con un futuro más sostenible y humano, a través de un recorrido por sabores auténticos, talleres creativos y reencuentros con las raíces rurales que nos sostienen.
Vida, alegría y compromiso con la tierra marcaron el ánimo en la celebración de la V Feria Ecosocial Mil Caminos, del pasado sábado 17 de mayo. La localidad salmantina de Gomecello fue el escenario de una jornada entrañable en la que vecinos, visitantes, niños, mayores y familias enteras se reencontraron con el mundo rural: productos hechos con cariño, animales que hacen sonreír, talleres que enseñan jugando y una comida compartida bajo el sol primaveral.
Este gran encuentro estuvo organizado por la Fundación Mil Caminos, con la idea de que la feria no sea solamente un evento festivo, sino una gran oportunidad de mostrar con ejemplos vivos cómo cuidar del entorno, fomentar la economía local y estrechar lazos intergeneracionales, entre los más jóvenes y los mayores, todo con un enfoque sostenible y comunitario.
Desde las 11 de la mañana, la plaza y los alrededores se llenaron de puestos rebosantes de productos de cercanía para degustar sabores de verdad y disfrutar de artesanía con historia: quesos de oveja, miel artesanal, verduras recién cosechadas, pan casero, jabones naturales, velas, cerámica, bisutería y textiles únicos. No era solo un mercado: era una muestra del trabajo y el talento de personas que creen en otra forma de vivir y producir. La Quesería Mil Caminos estuvo muy presente con los espacios donde se podía ver ordeño, esquilado y hasta saludar a los simpáticos burros que hicieron las delicias de los más pequeños.
Durante todo el día se ofrecieron talleres para aprender, crear y reír juntos. Actividades pensadas para todas las edades, haciendo, tocando y experimentando: la alfarería, el cuero, la elaboración de champús y bombas de baño naturales, las manualidades con papel, fotografía y mucho más. La zona de pintacaras estuvo llena de color y risas, mientras que la Escuela de Circo Santiago Uno regaló momentos de magia, malabares y música que hicieron brillar los ojos de niños y adultos por igual.
La jornada culminó con un espectáculo de circo en el recinto de la quesería, que fue el broche perfecto para un día lleno de emociones sencillas y cálidas.
En tiempos donde todo va rápido o muy rápido, este encuentro en Gomecello fue una pausa para mirar a nuestro alrededor, reconectar con lo esencial y recordar que cuidar del campo y de la comunidad es cuidarnos entre todos. ¡Qué buen fin de semana!
Carmen Sanchis, voluntaria de Cáritas Salamanca.
Colabora
Cáritas Diocesana de Salamanca
Grupo Undanet