La actividad ha reunido a trabajadores, participantes y voluntarios del centro en un ambiente de fe, encuentro y celebración de la Navidad.
El Centro de Día de Prevención y Tratamiento de Drogodependencias de Cáritas Salamanca ha inaugurado el pasado viernes su tradicional exposición de belenes en el patio interior del centro. Un encuentro que ha reunido a trabajadores, participantes y voluntarios, acompañados por Juan Pedro Melgar, delegado episcopal de Cáritas; y Antonio Matilla, canónigo de la Catedral. Y que se consolida un año más como un espacio de creatividad, reflexión y vivencia comunitaria de la Navidad.
La celebración comenzó con una acogida inicial y unas palabras de bienvenida que invitaron a los asistentes a contemplar el trabajo colectivo realizado en los belenes que ahora decoran el centro, además del nacimiento a escala real elaborado con siluetas. Seguidas del cántico conjunto del villancico popular «Los peces en el Río«, para ayudar a crear un clima de recogimiento y alegría.
A continuación, los asistentes compartieron el recitado de las bienaventuranzas del Belén, poniendo el acento en valores como la esperanza, el amor, el trabajo, la paciencia y la fé. “Bienaventurados los que creen en la Navidad, porque serán niños otra vez en un rincón de su corazón”, proclamaron juntos.
La inauguración incluyó también la bendición del belén a cargo de Antonio Martilla. Un momento significativo en el que se invitó a todos los presentes a vivir estas fechas como un tiempo de renovación interior y de compromiso con los demás, manteniendo viva la fe y llenando la vida cotidiana de esperanza y paz.
El acto continuó con una oración comunitaria de acción de gracias, en la que se recordó el sentido profundo de la Navidad y la importancia de reconocer a Dios en la vida diaria y en las personas más vulnerables, renovando el compromiso de acogida y solidaridad que caracteriza al Centro de Día.
La celebración concluyó con todos los asistentes cantando juntos el villancico «Campana sobre campana», poniendo un broche festivo y entrañable a la inauguración. Finalmente, la jornada terminó con una comida compartida en familia entre trabajadores, participantes y voluntarios, reforzando los lazos de comunidad y fraternidad.
Un proyecto financiado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, junto con fondos propios.










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