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Las mujeres del Centro Penitenciario de Topas alzan la voz contra la violencia este 25N

26 noviembre, 2025

Para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las participantes del Programa de Personas Privadas de Libertad de Cáritas comparten un manifiesto que reivindica apoyo, justicia y dignidad para todas las mujeres, dentro y fuera de prisión.

Con motivo de este martes 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Cáritas Salamanca ha celebrado una actividad especial dentro de su Programa de Personas Privadas de Libertad. Una dinámica en la que mujeres del Centro Penitenciario de Topas han elaborado y leído un manifiesto para visibilizar la violencia que atraviesa sus vidas.

Más del 85% de las mujeres privadas de libertad han sufrido violencia en algún momento: física, psicológica, económica o sexual. Violencias que, aunque a veces invisibles, dejan huellas profundas. En el taller de este 25-N, las participantes se reunieron para decir, unidas y con fuerza: “¡BASTA YA!” Basta de violencia, basta de silencio, basta de indiferencia.

Durante la actividad, una de las participantes compartió una reflexión que resonó en el grupo: “Entrar en prisión no debería ser la única forma de romper un círculo de violencia”. Muchas de ellas encontraron en la cárcel la primera oportunidad real de sentirse seguras, debido a la falta de redes de apoyo, escucha o protección en el exterior. El miedo, coincidieron, fue una cárcel mucho antes que las propias rejas.

Otras afirmaciones surgidas en el encuentro fueron igual de contundentes: “Pedid ayuda: es la única forma de romper con la violencia” o “Guardar silencio es la violencia contra una misma”. En un ambiente de sororidad y apoyo mutuo, las mujeres destacaron la importancia del acompañamiento psicológico, los recursos y el respeto para reconstruir sus vidas. «Somos tribu —afirmaron—, y la unión entre nosotras es la primera grieta en el muro de la violencia».

Desde el interior de la prisión, enviaron un mensaje claro a la sociedad: la violencia no se combate con más violencia, sino con apoyo, justicia y dignidad. Y lanzaron una petición urgente: que ninguna mujer tenga que llegar a la cárcel para sentirse a salvo.

Cáritas Salamanca reafirma así su compromiso con estas mujeres, acompañándolas en sus procesos de recuperación, fortaleciendo su autonomía y poniendo en el centro su dignidad y derechos.

El Proyecto ALANDAR vinculado al programa de cárcel está subvencionado por el IRPF a través del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

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