La sesión ayudó a fomentar el autoconocimiento, la inclusión y el encuentro entre generaciones.
Un grupo de participantes del Centro de Día de salud mental Ranquines, dentro de sus actividades de sensibilización e integración en la comunidad, compartió el pasado 27 de mayo un encuentro especial con los alumnos de 4º de ESO del Colegio Concertado Pizarrales y el reconocido artista Florencio Maíllo. La actividad, centrada en el autorretrato, ha servido como herramienta para trabajar aspectos clave del bienestar social y emocional, como el autoconocimiento, la autoestima y la expresión emocional.
Durante el taller, los asistentes exploraron su propia imagen a través del arte, guiados por Maíllo, trabajando la importancia de «mirarse para reconocerse y crecer». La iniciativa no solo fomentó la creatividad, sino que también promovió la reflexión personal y el diálogo intergeneracional, creando un espacio de inclusión y aprendizaje mutuo.
Representantes de Ranquines han subrayado que este tipo de actividades «refuerzan los lazos comunitarios y ayudan a romper estereotipos», mientras que los estudiantes valoraron la experiencia como «enriquecedora y diferente». El encuentro culminó con una exposición informal de los autorretratos, donde cada participante compartió su proceso creativo y emocional, cerrando una jornada que ha dejado huella tanto en el corazón como en el lienzo.
Arte, memoria y raíz
Florencio Maíllo (Mogarraz, Salamanca, 1962) es un artista plástico y docente universitario cuya obra está profundamente enraizada en su tierra natal, la Sierra de Francia. Su infancia transcurrió entre la fragua y el campo, lo que marcó su sensibilidad artística y su relación con la materia y el paisaje. Desde joven se sintió atraído por la pintura gracias al contacto directo con artistas que visitaban su pueblo. Se formó en Bellas Artes en Bilbao y es doctor por la Universidad de Salamanca, donde desde 1991 ejerce como profesor en el área de Educación Artística.
Su obra abarca pintura, escultura e instalación, con un lenguaje marcado por el uso expresivo de materiales naturales o reciclados. Ha expuesto en distintos puntos de España y ha desarrollado numerosos proyectos vinculados al medio rural, donde destacan intervenciones como Retrata2-388 o Memorias de esta Tierra. En años recientes ha abordado proyectos de carácter religioso, como el tríptico dedicado a Jesús de Medinaceli, combinando profundidad estética y espiritualidad. Su trabajo busca siempre generar diálogo entre arte, identidad, comunidad y memoria.
Un proyecto cofinanciado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca y Fundación la Caixa, junto con fondos propios.