El Centro de Día de Salud Mental de Cáritas Salamanca celebró una misa en memoria de las personas fallecidas durante el último año, en un encuentro lleno de sencillez, símbolos y esperanza.
El pasado viernes 31 de octubre, el Centro de Día de Salud Mental Ranquines celebró una misa en recuerdo de las personas que han fallecido a lo largo del último año. La cita, vivida con emoción y cercanía, reunió a participantes, voluntariado y equipo del centro en un ambiente de silencio, símbolos y palabras compartidas desde el corazón.
De manera especial, la comunidad quiso tener un recuerdo afectuoso para David, uno de los participantes del centro; y para Filo, religiosa jesuitina y una de las primeras voluntarias que apoyaron el proyecto desde sus comienzos en 2017. Ambos dejaron una huella profunda en Ranquines, en su forma de acompañar, de estar presentes y de compartir la vida con sencillez y ternura.
Durante la celebración, también se tuvo un momento para recordar a familiares y amigos que ya no están físicamente, pero que continúan presentes en el cariño y la memoria de todos.
Fue un encuentro marcado por la gratitud y la esperanza, donde se renovó el sentido de Ranquines como hogar de vínculos y vida compartida. Un espacio donde incluso la ausencia se transforma en comunión y donde el recuerdo se convierte en fuente de vida y consuelo.
Ranquines es un proyecto cofinanciado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca y Fundación la Caixa, junto con fondos propios.






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