Salamanca se prepara para celebrar la fiesta de su patrón, San Juan de Sahagún

La ciudad se vuelca con su patrón en una intensa semana de fe, tradición y celebración.

La ciudad de Salamanca se prepara para celebrar con especial fervor la fiesta de su patrón, San Juan de Sahagún, figura emblemática del espíritu pacificador y del carisma agustino que tanto marcó a la ciudad.

En la parroquia que lleva su nombre, el próximo martes, 2 de junio, dará comienzo el tradicional novenario en honor del santo. Esta preparación espiritual se prolongará hasta el 10 de junio, con la celebración diaria de la eucaristía a las 11:00 horas, seguida del rezo de la hora intermedia y la correspondiente novena. Las celebraciones estarán animadas por los distintos grupos parroquiales, y las homilías serán ofrecidas por los sacerdotes de la comunidad, ofreciendo así un clima de recogimiento, reflexión y unidad en torno a la figura del santo patrono.

La víspera de su festividad, el miércoles 11 de junio, se celebrará uno de los momentos más esperados por los fieles: la ofrenda floral que organiza tradicionalmente el Ayuntamiento de Salamanca, símbolo del cariño y devoción popular hacia San Juan de Sahagún. Este acto tendrá lugar durante la eucaristía que se celebrará a las 19:30 horas, presidida por el obispo diocesano, Mons. José Luis Retana, en la parroquia de San Juan de Sahagún.

El día grande llegará el jueves, 12 de junio, día en que la Iglesia conmemora la solemnidad de San Juan de Sahagún. En su honor, se celebrarán misas en su parroquia a las 11:00 y 19:30 horas, permitiendo a los fieles unirse en oración a lo largo del día. El momento central de la jornada será la misa solemne que se oficiará a las 12:00 horas en la Catedral Nueva de Salamanca, en el altar mayor donde reposan los restos del santo en una de las urnas de plata, y que estará presidida también por el obispo de la diócesis, Mons. José Luis Retana.

Esta celebración constituirá el punto culminante de los actos religiosos en honor del patrón de la ciudad, testimoniando la profunda veneración que Salamanca sigue profesando a su protector.