Voluntarios del Arciprestazgo 2 reflexionan sobre la acogida y la integración en un encuentro comunitario.
El pasado 20 de noviembre tuvo lugar el encuentro anual de voluntarios del Arciprestazgo 2; una cita que reunió a unas treinta y cinco personas en la parroquia de María Mediadora. Participantes de distintas iniciativas —desde la acogida y el acompañamiento a mayores, hasta las clases de español y otros proyectos comunitarios— se congregaron para compartir experiencias y seguir construyendo espacios más abiertos, humanos e inclusivos.
La jornada se desarrolló bajo el lema “Tendiendo puentes. Generar espacios de encuentro y hospitalidad”, con especial atención a la realidad migratoria, presente cada día en los ámbitos pastorales y sociales de la zona. Para profundizar en esta mirada, el encuentro contó con los testimonios de Melissa y Mateo, dos jóvenes procedentes de Bolivia y Colombia, quienes relataron los motivos que les llevaron a iniciar una nueva vida en España, así como los desafíos y aprendizajes que están experimentando en su integración en Salamanca.
El grupo recordó también la invitación del Papa Francisco con motivo del Día Internacional de las Personas Refugiadas 2024, que llama a:
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Promover una cultura que proteja los derechos y la dignidad de las personas migrantes.
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Impulsar acciones políticas que favorezcan su desarrollo humano.
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Reforzar los esfuerzos colectivos para lograr una integración real en los lugares de destino.
Unas palabras que los voluntarios expresaron su deseo de llevar a la práctica en sus espacios cotidianos. Desde este horizonte, se retomaron los verbos propuestos por el Papa Francisco en la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2018, aplicándolos a la realidad diaria del Arciprestazgo:
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Acoger: generar espacios abiertos y seguros donde cada persona se sienta tenida en cuenta, querida y escuchada.
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Proteger: garantizar los derechos básicos y velar para que nadie sufra amenazas, violencias o abusos.
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Promover: facilitar el desarrollo integral, impulsando las capacidades, talentos y oportunidades de cada persona.
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Integrar: favorecer la participación plena en la vida social, cultural, económica y comunitaria.
A partir de estos cuatro verbos, los participantes se plantearon algunas preguntas clave para orientar su acción: ¿Qué prácticas concretas de nuestro día a día activan cada uno de estos verbos? ¿Qué aspectos debemos cuidar para potenciarlos más? ¿Qué retos se nos presentan a nivel personal y grupal?
El trabajo en grupos permitió recoger ideas, inquietudes y compromisos que fortalecerán la labor comunitaria del Arciprestazgo. La sesión concluyó con una puesta en común y un agradecimiento generalizado a los voluntarios y profesionales que, con su dedicación, continúan “tendiendo puentes y creando espacios donde cada persona pueda sentirse acogida, acompañada y valorada«.
Un proyecto financiado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca, junto con fondos propios.




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