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Salida terapéutica con internos a la Sierra de la Culebra, a través de 3 experiencias

12 enero, 2024

Desde los programas y proyectos de Caritas en la región de Castilla y León, que trabajan y colaboran en los Centros Penitenciarios de la comunidad, se potencia la realización de actividades conjuntas, dando especial relevancia a las salidas terapéuticas de las personas internas en centros de la comunidad. Éstas resultan esenciales para fomentar valores como la convivencia, la solidaridad, el encuentro y la animación sociocultural, inherentes a la identidad de Cáritas.

Es una forma de fomentar la participación y el empoderamiento de las personas privadas de libertad; razón de que el Equipo Autonómico de Prisión de Cáritas Castilla y León se haya propuesto intentar realizar una actividad común, al menos una vez al año.

Fruto de este esfuerzo, los días 7 y 8 de noviembre de 2023 se realizó una salida terapéutica conjunta a las localidades zamoranas de Santibáñez de Vidriales y Santibáñez de Tera. El objetivo de estas jornadas, conocidas como “Experiencia de Repoblación”, era realizar una actividad de sensibilización ambiental y de convivencia en el entorno de la Sierra de la Culebra, gravemente afectado por dos incendios en el verano de 2022.

Los participantes

En estas jornadas, participaron alrededor de 60 personas privadas de libertad de Cáritas Diocesana de León (Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas), Cáritas Diocesana de Zamora, Cáritas Diocesana de Salamanca (Centro Penitenciario de Topas), Cáritas Diocesana de Valladolid (Centro Penitenciario de Valladolid), Cáritas Diocesana de Burgos (Centro Penitenciario de Burgos), Cáritas Diocesana de Osma- Soria (Centro Penitenciario de Soria) y Cáritas Diocesana de Segovia. Internos acompañados en todo momento por los funcionarios de los centros penitenciarios, técnicos de las Cáritas Diocesanas y voluntarios.

Reconciliación con el medio Ambiente

La salida nunca hubiera sido posible sin el apoyo de la asociación vecinal del pueblo Santibáñez de Tera, quienes propusieron una actividad de repoblación de la zona con árboles autóctonos para asegurar el sostenimiento del ecosistema de la zona. Así, se plantearon dos sesiones en varias hectáreas de la Sierra de la Culebra, como un acto simbólico de reconciliación con el medio ambiente y con la naturaleza.

Cáritas Castilla y León contó también con la ayuda de Javier Bodego, bombero y responsable de la empresa ‘La guarida del lobo’, y de unos 20 vecinos voluntarios de Santibáñez de Vidriales y de Santibáñez de Tera, quienes mostraron una cálida acogida. También, con la colaboración del Obispado de Astorga y la Cáritas Arciprestal de Santibáñez Tera, Instituciones Penitenciarias y los Ayuntamientos de Santibáñez de Tera y Santibáñez de Vidriales.

3 participantes; 3 experiencias  

Russell, Jennifer y María Sol son tres reclusos del Centro Penitenciario de Topas en Salamanca, que tuvieron la oportunidad de encontrar la libertad conectando con la naturaleza a través de esta actividad. Unos días en los que compartieron “convivencia, solidaridad, sensibilización ambiental y muchas risas”. Además, todos sintieron que fueron tratados “como personas libres, no como presos”.

Para Russell Este, un venezolano de 54 años que se encuentra en el módulo de respeto, fue algo muy enriquecedor y diferente a su día a día. “Cuando me propusieron la actividad no sabía si ir, y menos mal que acepté. La disfruté muchísimo y la tierra me aportó una experiencia indescriptible. Fuimos dos días y recuerdo dormir como un bebé”, ríe mientras recuerda.

Durante la experiencia, los participantes ayudaron a plantar unos doscientos castaños y a cortar encinas quemadas, para favorecer su regeneración.

La colombiana de 37 años Jennifer Restrepo, por su parte, es la presidenta del módulo mixto y se encarga de mediar cuando surgen problemas. Antes de entrar en prisión, iba mucho al monte a realizar rutas por la montaña, pero nunca imaginó “plantar arbolitos”. “Lo recuerdo con mucho cariño. Nos ofrecieron unas chaquetas y nos las pusimos todos. Ese simple gesto fue increíble, porque no se apreciaban las diferencias…, nadie nos preguntó si éramos presos o no”, expresa emocionada.

María Sol González, asturiana que convive en el módulo mixto, tuvo la oportunidad de reencontrarse con funcionarios de otros centros penitenciarios donde había estado anteriormente. “Me preguntaron qué tal estaba, y les dije que perfectamente desde que decidieron enviarme a Topas”.  Ella pide más iniciativas como esta: “Ojalá se repitieran más a menudo, me lo pasé genial. Casi digo que no voy porque soy un poco vaga para esas cosas, pero Jennifer me convenció, y luego no me quería volver”, cuenta.

Detalles tan simples como dormir todos juntos, comer en compañía de otras personas y degustar un simple pincho de tortilla y de calamares, son los que no se le olvidan a María Sol. “Nos llevaron a una cafetería y allí pedimos comida. Estaba todo buenísimo”, sonríe.

Todos piden volver a realizar un proyecto similar porque fue una gran lección y una salida terapéutica para ellos “en todos los sentidos”. Tal como lo recuerdan: “Favoreció la inserción social, contribuyó a la eliminación de los estigmas de la población reclusa y pudimos conectar con la tierra, la naturaleza y con el entorno; algo difícil cuando se vive entre rejas”, expresan.

Russel, Jennifer y María Sol
  • Fuentes: Cáritas Diocesana de Zamora, La Gaceta de Salamanca (artículo de la periodista Celia Luis), y Cáritas Diocesana de Salamanca.

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